Este blog se ve afectado por la LPI, mejor conocida como canonAEDE.

Por esta razón muchas entradas se han eliminado y en el futuro muchas recibirán recortes de información sin poder enlazar a la fuente de la noticia. Así que, como lector, tendrás que hacer acto de fe y creer que lo que cuento en este blog no es mentira. Al menos mientras dure este esperpento.

Valoración del europeismo comunitario 44 años después

Según la wikipedia, la Comunidad Ecónomica Europea se fundó en 1957 con el tratado de Roma según el cual se pretendía establecer un mercado y aranceles externos comunes, una política conjunta para la agricultura, políticas comunes para el movimiento de la mano de obra y los transportes, y fundar instituciones comunes para el desarrollo económico.
Sí, 1957+46 no son 2011, pues he preferido establecer el punto de partida real en el tratado de Bruselas de 1965, que entró en vigor 2 años después. Ahora ya tenéis todos los sumandos.

Viajemos de 1967 hasta 1995, fecha en la cual se puede considerar que el interés por el mundo que me rodea y por el funcionamiento del sistema político-económico empieza dar sus primeros pasos.
Debo reconocer que por aquel entonces la romántica idea de vivir en un estado europeo dentro de un sistema común me resultaba muy atractiva. Y supongo que no debía ser un sentimiento único.

Sin embargo, ha llovido bastante desde entonces, a pesar del cambio climático ese (que podemos discutir otro día), y la verdad es que hoy no puedo evitar hacer un símil de ese concepto de Unión Europea con una rosa llena de espinas. Hoy estamos aún más lejos que hace 15 años de conseguir una europa bajo un sistema común.



Para mí, el punto de inflexión lo marcó la llegada de la moneda única, se suponía que iba a ser el empujón necesario para que esa idea romántica primitiva tomara la forma necesaria para conseguir los objetivos propuestos...¡JA!
Entre las cosas que yo había augurado se encontraba el redondeo de precios al alza, y el tiempo me dió la razón. Pero probablemente ese fue el menor de los males, pues yo no contaba con toda esa economía sumergida que salió a flote, pero que curiosamente fue reconvertida en ladrillo (y muchas cosas más) y así se escurrió el bulto y aquí, señores de Hacienda, no ha pasado nada, ¿verdad?


(con el permiso no expreso de Fontdevila)
Pero dejémonos de burbujas inmobiliarias y centrémonos en las burbujas de los dirigentes y parlamentarios europeos, que parecen creer que el problema que tienen ahora los griegos, los irlandeses y los portugueses no va con ellos, pero que al formar parte de la Unión Europea (UE) están obligados a tomar cartas en el asunto. Pobrecitos dirigentes, ¿no os dan lástima? (léase irónicamente). ¡Señores! dejen de mirarse el ombligo y piensen en conjunto, cuando dejen ustedes de pensar en Alemanias, Francias, Reinos Unidos, Italias, etc, entonces avanzaremos por el buen camino.
¿Creéis que me habrán oído? Supongo que no.

Ahora, por desgracia, empezamos a recoger la mala gestión de estos personajes, de las cúpulas político-financieras que no dejan margen para la duda y se han dedicado a especular con el dinero del pueblo en su propio beneficio.
En breve, se aplicarán en la zona euro, nuevas normas para recortar los pocos poderes que le quedaban al pueblo y exprimirlo todavía más.
[Conclusiones de los jefes de Estado o de Gobierno sobre el Pacto del Euro] sobre las cuales un compañero amigo nuestro ha entrado a valorar y que yo paso a reseñaros:
  1. Los gobiernos se comprometen a fomentar el aumento de la productividad según la ecuación:
    Coste-Laboral-Unitario (CLU) = sueldo / PIB (Producto Interior Bruto)
    Así que, si las matemáticas no me fallan, para aumentar la productividad hay que reducir el sueldo y aumentar el PIB. Os lo traduzco al lenguaje político al cual estamos acostumbrándonos durante las últimas semanas: 'Es necesario trabajar para salir de la crisis desde la austeridad'. ¿Os suena verdad? Por mi parte se pueden meter la austeridad por donde les quepa.
  2. Sostenimiento de la sociedad del bienestar: mantenimiento de las prestaciones sanitarias, las pensiones y la prestacións social.
    Aquí yo me pierdo, pero ¿no se supone que los gobiernos autonómicos están recortando en sanidad y educación para mantener la economía?. Desde luego, estos europeos... (he vuelto a ser irónico, claro)
  3. Debe explorarse la introducción de un impuesto sobre transacciones financieras. De donde se han olvidado que sólo el 10% del movimiento del dinero mundial se usa para cerrar tratos y el resto es movimiento especulativo.
    Así que la conclusión es que: 'bueno, ya veremos'. Y a darle largas. Si total esto es solo una formalidad más que después nos pasamos por el forro del...(retransmitiendo desde los pensamientos de un eurodiputado)
  4. La última valoración de nuestro amigo es cuanto menos, interesante, y me permite ofreceros un vídeo que hace tiempo quería enseñaros:
    La historia de las cosas (en inglés The Story of Stuff) es un documental web sobre el ciclo de vida de bienes y servicios.
    Ahora que ya sabéis lo que es la obsolescencia programada, está claro que el pacto presentado obvia, probablemente de manera deliverada (aunque esto es una opinión personal), que la producción actual se basa, precisamente, en el modelo por el cual estamos obligados a consumir los recursos del planeta para generar nuevos productos sin necesidad.

Y para ir cerrando ya, la conclusión es que después de 44 años, no vivimos con el mismo sueldo, los mismos recursos, los mismos precios, las mismas oportunidades, los mismos derechos ni los mismos deberes que un alemán, un francés, o un noruego, por poner algunos ejemplos. ¿Cuántos años son necesarios, pues, para alcanzar dichos objetivos? Y es que la idea de una europa unida bajo las mismas reglas de mercado es muy bonita, pero ES UNA MENTIRA creada por unos cuantos para mantener su estatus social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario